martes, 26 de junio de 2012

Jillian Mcdonald / Horror make-up 2006

Jillian Mcdonald / Horror make-up 
En este trabajo de la artista canadiense se pueden apreciar varios aspectos de la sociedad, uno de ellos, y creo que el más evidente, es que la mujer ha desarrollado a lo largo del tiempo una habilidad muy específica que le permite atravesar el proceso de adornar su apariencia física sin importar su ubicación, entorno, hora del día, etc. Considero que esta destreza tan particular es uno de los factores más explotados en este performance.

Lo único que sabemos al comenzar la obra es que esta mujer esta sentada en un vagón de tren (indiferentemente si es subway o metro) no posee ningún tinte que nos dé una orientación de hacia dónde va o de dónde viene, tampoco presenta diálogos durante el transcurso de la obra, esta combinación de factores o visto de otra manera, esta ausencia de factores nos abre la puerta para que se pueda asumir que la mujer puede estar en camino al trabajo temprano en la mañana, o por otro lado que está regresando a casa luego de trabajar, puede ser que no esté relacionado con el trabajo sino con algún evento fúnebre pues está vestida de negro, y así muchas otras interpretaciones que otros espectadores puedan desarrollar desde sus puntos de vista particulares muy diferentes, o no, al mío.

Considero que esta cierta ambigüedad de la que está dotada el personaje evidencia una relación directa entre la trama de la obra y la cotidianidad de la mujer actual (y si abrimos un poco la mente de la sociedad en general), pues este personaje que empieza como una mujer "normal" y termina como zombie puede ser interpretado como la máscara que usamos cuando nos desenvolvemos en el mundo laboral, personal, fantasioso, etc. Como dice André Berthiaume "Todos usamos máscaras, y llega el momento en que no podemos quitarlas sin remover nuestra piel".

De igual manera es obvio,  pero creo que menos importante el elemento cómico que se instaura a lo largo de la obra gracias a la reacción de los otros usuarios del "vagón con una zombie" quienes al inicio de la obra no se muestran muy afectados por la conducta del personaje, pero que al avanzar en el tiempo terminan mostrando aversión por el resultado físico, y es aquí donde creo que resalta otro aspecto de la sociedad, nuestra naturaleza voyeurista, pues a pesar de que a nadie le gusta la idea de viajar en un vagón de tren con un zombie, por el miedo de perder el cerebro de un mordisco o algo por el estilo, creo que nadie podría dejar de ver a un persona convertirse de humano "normal" a zombie.


El time lapse como recurso para evidenciar la transformación del personaje es el ingrediente que considero la cereza del helado pues es el toque final necesario para que no queden dudas en cuanto a la transformación del personaje y de alguna manera la transformación de nosotros mismos.

2 comentarios:

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  2. Magnífica reflexión, Arturo. Gracias por escribirla y compartirla.

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